Es posible que hasta hace unos meses las empresas se plantearan la transformación digital como una oportunidad de crecimiento, de añadir una nueva dimensión a su realidad. Sin embargo, lo que podría haber sido una transformación progresiva se ha convertido en una de las necesidades más acuciantes que convierte en realidad esa frase hecha de “renovarse o morir”.

La situación empresarial provocada por el estallido de la Covid-19 bien podría compararse con uno de tantos documentales de National Geographic en los que solo la gacela más rápida se libra de las garras del león. Pero, si bien es cierto que las empresas deben actuar con celeridad,

¿significa esto que cuanto antes se lleve a cabo esta transformación mayor es la garantía de éxito?

Según un informe de la compañía Salesforce, el 69% de las empresas líderes en España han dado algún paso hacia la transformación digital a raíz del estallido de la pandemia. Pero estos cambios responden más bien a una cuestión práctica y de adaptación para la supervivencia. Un pequeño salvavidas al que aferrarse para evitar un ahogamiento inminente. ¿Basta acaso con poner un parche? La respuesta es sencilla, no.

La transformación digital de las empresas está llamada a ser un cambio permanente, con perspectivas de futuro en un mundo, el empresarial, que no volverá a ser el mismo. La clave está en considerar este cambio forzoso con la mejor oportunidad de crecimiento para la empresa, un momento de reflexión, inversión y trazado de un plan que lleve a la empresa a otro nivel.

Durante los meses de confinamiento la letra de “Resistiré” se ha colado en las vidas de todos y, de alguna manera, ha definido también la situación de las empresas. Aquellas que han iniciado su transformación digital están llamadas a resistir con sus primeras medidas de cambio mientras sus empleados se adaptan esta nueva realidad y adquieren las competencias necesarias para afrontar los demás cambios que habrán de sucederse.

Podría decirse que hay empresas que han hecho suyo el “Después de todo, mañana será otro día” de Scarlett O’Hara, y ese mañana les ha atrapado con trabajadores sin preparación o, directamente, sin un plan de transformación digital. ¿El primer síntoma? La falta de preparación para afrontar el teletrabajo, algo que ha llegado para quedarse y en lo que las empresas deben ahondar, creando plataformas y redes seguras para empleados y empresa.

Por lo tanto, la seguridad digital se convierte también en una de las principales necesidades de cualquier empresa que se enfrente a su transformación digital. A ella se unen, sin lugar a dudas, la aplicación integral del uso de tecnologías digitales a la hora de relacionarse con el cliente en sectores tan golpeados por la crisis como son el del retail o el turismo.

Big Data

El Big Data también irrumpe en el escenario empresarial, erigiéndose como un aliado fundamental para estudiar las fluctuaciones del mercado y el cambio que esta pandemia ha supuesto también para el cliente. Y es que en una situación como esta se exige más que nunca la capacidad de adaptación por encima de todo. ¿Podrán superar las empresas un reto de esta magnitud?

Lo cierto es que, como suele decirse, el tiempo dirá. Pero, volviendo una vez más al informe realizado por Salesforce, el 66% de las empresas españolas cree que esta transformación digital forzosa ha sentado los cimientos de una nueva era empresarial enfocada en un futuro más virtual. Un futuro virtual, sí, pero sin dejar de lado la vocación de servicio al cliente que siempre las ha caracterizado y presumiendo de una capacidad de adaptación ante la adversidad que, en algunos casos, nunca se había puesto a prueba.

Adriana Seco – Agree